LA CASA DE SORORA


LA CASA DE SORORA

Texto y dirección David Mena
Elenco Carmen Baquero y Ana Janer
Ayudantía de dirección Ana Sañiz
Diseño de iluminación Garikoitz Lariz
Agradecimientos Área de Derechos Sociales, Diversidad, Igualdad y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Málaga

fotografía ©Álvaro Cabrera

En un bloque de pisos devorado por la calima, una mujer soldada a un retrato escapa de los aullidos que se escuchan en el rellano de su bloque. En dicha huida escaleras adentro, una vecina le ofrecerá su refugio para esconderse, una casa a medio construir en la entreplanta de una comunidad de vecinos que amenaza con derrumbarse al primer soplido de los lobos. Existe un espacio vacío más allá de las puertas cerradas de cualquier vecindario. Pero desgraciadamente, ninguna vecina quiere que se hunda su propio hogar por mantener en pie la casa de Sorora.
La casa de Sorora pretende crear un espacio de reflexión donde situar al espectador en una constante analogía entre la especulación de un bien inmueble con la de una mujer cosificada. “¿Practicamos la sororidad en nuestro día a día –se pregunta Mena– o se ha convertido dicha palabra en un concepto atractivo para el mercado?”

Sobre La casa de Sorora:
“Esta obra pretende dar testimonio del goteo diario de tantos casos de impunidad y maltrato que se oyen por los corralones de los bloques periféricos de la ciudad. Un bloque de protección oficial en un barrio donde no llega el turismo, ni el cegador alumbrado de las luces de navidad. Un vecindario complejo que intenta buscarse la vida de la mejor  manera que puede, donde cada piso cuenta una historia cargada de realidad. Una realidad que quizá solo cataliza cuando ocurre alguna desgracia.
La casa de Sorora busca cristalizar una de las tantas historias que ocurren dentro de los bloques. Parte del principio de sororidad: para que la solidaridad entre mujeres sea efectiva hay que empezar por el reconocimiento de nuestra vecina. Porque si no es así, lo demás es pura fachada, una pose oportunista para la especulación y la propiedad, un concepto que desde mi punto de vista es un rasgo característico de una masculinidad tóxica. El calado poético de este espectáculo reside precisamente en situar al espectador en una constante comparativa entre la especulación de un bien inmueble con la especulación de una mujer cosificada”.    David Mena, autor y director




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