BEKRISTEN / CRISTIANOS
Capítulo I. La domesticación

 

BEKRISTEN / CRISTIANOS
Capítulo I. La domesticación

AVISOAdelanto inicio a las 16.00 h
Las entradas ya adquiridas para el espectáculo servirán para la nueva hora.
Los espectadores que no deseen o no puedan asistir a este concierto y que hayan adquirido sus entradas por teléfono o internet podrán solicitar la devolución del importe a través del correo 
jguzman@teatrocervantes.es; aquellos que las hayan comprado en las taquillas podrán devolverlas en las mismas desde el 24 de noviembre. 

Una obra de Luz Arcas / La Phármaco coproducida por Teatros del Canal
Dirección escénica (Acto II) y dirección coreográfica Luz Arcas
Dirección escénica (Acto I) y espacio sonoro Abraham Gragera
Dramaturgia y texto Luz Arcas y Abraham Gragera
Interpretación Luz Arca, Marcos Matus, Danielle Mesquita, Paula Montoya y Louis Mendy
Violín y electrónica Luz Prado
Voz David Azurza

1.10 h (s/i)  Danza contemporánea
www.lapharmaco.com

fotografía ©Virginia Rota
OJO CRÍTICO DE DANZA 2015
MEJOR INTÉRPRETE FEMENINA DE DANZA EN LOS PREMIOS LORCA 2015
FINALISTA MEJOR INTÉRPRETE FEMENINA DE DANZA EN LOS PREMIOS MAX 2017
PREMIO INJUVE 2009
PREMIO MÁLAGA CREA 2009

La domesticación es el primer capítulo de Bekristen / Cristianos, una trilogía que resulta de un proyecto iniciado en 2016 en Guinea Ecuatorial y que reflexiona sobre la compasión como necesidad humana, trauma social y fracaso colectivo.
En La domesticación unos cuerpos compiten por alcanzar el modelo que les salve de su propio cuerpo: del hambre, la muerte, el miedo, la memoria o la enfermedad. Cuerpos convencidos de que deben convertirse en “verosímiles” y diluirse en el estilo internacional a cambio de sufrir la más actual de las tragedias: la conciencia de protagonizar una cotidianidad construida a base de gestos que destruyen el mundo.
La bailarina y coreógrafa malagueña Luz Arcas funda la compañía La Phármaco en 2009. Desde sus orígenes ahondan en una propuesta de ceremonia total, donde todos los lenguajes escénicos confluyen en el discurso protagonizado por la danza. Cuando un cuerpo baila, todos los cuerpos, los pasados, presentes y los por venir, bailan con él. Bailar es efímero, sí, pero más bien cuando todo lo que ha sido efímero se reúne y celebra, en nuevo cuerpo, su inmortalidad.

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